miércoles, 4 de junio de 2008

Yo toda la vida oliendo a anchoas y ahora griego como el yogur


Hace ya algún tiempo hubo una mujer que me susurraba, entre besos y caricias, que tenía una “belleza griega”. Esto a mi me ruborizaba, porque encajo de una forma muy ridícula e inocente los piropos, con risa tonta (como se suele decir) y por otras parte… ¿GRIEGA?, no me pegaba nada. En fin, que sonreía corriendo un tupido velo y quitándole hierro al asunto.

Durante este tiempo he ido pensando en ello; rechazándolo, por recibirlo como un exceso de belleza que en realidad no siento, y aceptándolo de manera gustosa cuando me miro en el espejo vacilando pero sin ensimismarme.
Pero ha sido hoy, mientras me duchaba, cuando he visto entre los movimientos que realizaba mi cuerpo, para enjabonarme, formas y líneas que eran perfectamente identificables con esa belleza, que en ningún momento quiero decir que sea la mejor ni la peor, simplemente es como me he visto y me he divertido.
Además he podido comprender por un momento, el tipo de belleza que esa amiga me tiene conceptuado en su mente y que me lo comentaba entre vals y vals que bailábamos en la cama.




Me gustaría ir un poco más allá y alguno de estos días pediré a una de mis mejores primas que me retrate como alguno de estos "antiguos", podría ser divertido jejeje.





Pero en realidad, yo me quedo con este tipo de belleza, que es la mía, aunque no está mal aceptarse y visualizarse en otras formas, de vez en cuando.

Lo mejor es que siempre estuviéramos en continúa visión de la bellaza, que en la mayoría de los casos no está en las fotografías y hay que acercase un poco mas.

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