martes, 3 de junio de 2008

Nunca es tarde...



Esta foto pretende expresar, segun mi punto de vista, el renacer y de algún modo quiere representar el volver a este espacio. Atardecer en los mares de Cueto desde Cabo Mayor



No se me ocurre nada por lo que escribir, a pesar de que mi cabeza es una tormenta de pensamientos, inquietudes y acciones incesantes. Quizás porque son reflexiones tan personales y tan directas, que me cuesta más que nunca expresarlas.

Mucho tiempo, demasiado, sin materializar en palabras todas las cosas que me van pasando, he querido ser feliz en pareja, he creído construir castillos, pero solo se han quedado en el aire. En realidad he tenido que descender a la tierra, a la madre tierra, para escucharla y conocer realmente mi propio camino, un camino que se hace paso a paso, poco a poco.

Se puede soñar, se puede proyectar en ideales, pero nunca hay que saltarse los procesos que te pueden llevar a esos sueños o no. El problema está cuando corremos y nos olvidamos de caminar, cuando creemos que ya está todo sabido y nos mueve la ansiedad por conseguir un sueño inmediato, el cual no está tan cerca como nosotros creemos.

Todo esto, después de llevar varios meses divagando de un lado al otro, he retornado a la matriz. A partir de este punto he conseguido de nuevo germinar y saber lo que quiero ,amando cada momento que te van brindando.Consigues hablar contigo mismo, sin engañarte y confundirte por deseos no tan alcanzables en este momento. Te das cuenta de cosas como que la soledad no es mala cuando es elegida, tomas consciencia de que no puedes realizarte dando la espalda al medio en el que vives, comprendes que debes pertenecer a un todo para estar dentro del circulo y poder desarrollarte a tu gusto. Hoy ese círculo lo engloba un sistema del que renegamos habitualmente pero que sin embargo dependemos al cien por cien de él.


Nos equilibramos en base a cuestiones que surgen continuamente en nuestro interior, pero el verdadero problema es cuando no existen cuestiones y nos dejamos llevar por la marea sin preguntarnos donde desembocará ese río.

“Carpe Diem”, creo que es una de las primeras palabras latinas que aprendemos en plena locura de la adolescencia, poniéndola de escudo y excusa a la locura que nos precede desde los 16 hasta que cada "Piter Pan", que hay dentro de nosotros, decida bajar a la tierra.
Sin duda alguna me encanta la palabra “Carpe Diem” y he sido uno de los tantos usuarios que la han utilizado como excusa para denominar al desequilibrio y la falta de toma de decisiones de una forma un poco mas “cultureta” y divertida a algo que realmente no lo es.


Últimamente prefiero utilizar al señor “Carpe Diem” cuando me sobra un tiempo, el cual puede ser derrochado y dejar que se produzca un viaje, dejándome llevar sin marcarme ningún tiempo, desconectando a la razón y dando recreo al corazón en todas sus manifestaciones, guiándome simplemente por los tiempos que marcan sus latitos.
Pero lo cierto, como en todo, es que hay que haberlo probado hasta el punto de la adicción, por que es un indicativo mas de que tenemos sangre en la venas y de que no estamos dominados.

Sin duda alguna el control de esta magnífica palabra es un paso más para la búsqueda de nuestro equilibrio personal, pero aún quedan muchas cuestiones que calibrar, si es que se pueden calibrar todas.

No hay comentarios: